“Los robots están a punto de convertirse en un peligro, y debemos pensar en cómo defendernos de ellos. Las encuestas nos indican que, algunos niños, prefieren el robot en lugar del tradicional osito de peluche.” (Noel Sharkey)A finales del año 2007, seis millones y medio de robots se mantenían activos, en todo el mundo, empleados en diferentes campos de la actividad: desde los usos industriales, en hospitales, en los edificios públicos, banca, compañías telefónicas, operaciones submarinas, en el espacio y, en nuestras viviendas. Pero lo que preocupa e impresiona, según el estudio publicado –con escaso eco informativo- por “World Robotics 2008”, son las cifras de producción que se esperan alcanzar para el año 2011. Se triplicarán es decir, superarán la cifra de dieciocho millones de unidades. Los instalados en las industrias para la producción de automóviles o lavadoras, sólo llegan a ocupar un millón doscientos mil.
Noel Sharkey, profesor de Computer Science de la Universidad británica de Sheffield, en un artículo publicado en la revista americana Science, afirma:
“Muchos ancianos son atendidos, en hospitales y residencias, por un robot que les ayuda a mantener su independencia y les recuerda cuándo deben tomar sus medicinas. Pero también los encontramos en los museos y, como es evidente, en las fábricas donde están siempre presentes. Esto significa que los humanos pasamos cada vez más tiempo en compañía de los robots y que estamos afrontando riesgos que no debemos ignorar y menos menospreciar”
“Debido a la enorme cantidad de estas máquinas en funcionamiento y sobre todo a su inteligencia, cada vez más sofisticada, se amplía, sin duda, la posibilidad de que puedan llegar a escapar a nuestro control o que su propio software les lleve a realizar acciones peligrosas, no previstas, fruto de anomalías o errores del sistema”
“Si no intervenimos –sostiene alarmado Sharkey- las decisiones a cerca de las aplicaciones de los robots, se tomarán por los militares y los industriales que los producen, en vez de que sean tomadas por organismos internacionales que tengan en cuenta al ciudadano por encima de todo.
Y para apoyar sus afirmaciones, del empleo actual de la robótica y de su difusión en el mundo de las fuerzas armadas, empleados en medios terrestres y aéreos, nos recuerda que en Irak se están empleando cuatro mil robots de diferentes tipos. Y muestra otra de sus preocupaciones:
“La tecnología, cada vez más sofisticada, se produce a precios cada vez más baratos lo que podrá llevarla a ser utilizada como un sistema más de terror.”

Alcalá de Henares, 3 de Enero de 2009
Franziska