Con la inocencia y el corazón de un niño
quisiera salir del llanto en que me encuentro
y cantar con alegría un villancico.
¡Vamos Perico, toca
el tambor
porque ha llegado el
Niño Dios!
Los pastores gozosos con sus quesos.
La mula y el buey en su pesebre.
Las estrellas fugaces del Oriente.
¡Vamos Maruxa deja la
aguja,
ven a bailar que el
Niño Dios ya va a llegar!
El corazón gozoso de José
y toda el alma de María
prendidos de ese Niño de Belén.
¡Vamos Xuanón toca la
gaita
que hoy su acento nos
da esperanza!
Una fecha, el 24 de Diciembre.
El año cero de nuestro calendario.
Y fue en Belén allí, precisamente.
¡Si las estrellas
supieran que el Sol nació de María
todo el día en el
portal junto al Niño orbitarían!
En Belén, allí nos nació el Niño
que portaba la paz entre sus manos
que inundaba de amor cuanto miraba.
¡Cuando los ángeles
llegan dando a los hombres la Paz
en Belén se ríe el
Niño de tan alegre que está!
…………………………………….
Todas las Navidades
–desde que yo tengo cuenta-
se asoma a mis
recuerdos una niña muy pequeña
que no tenía carbón
para calentar la cena.
En el patio de su
casa, prendió la madre una hoguera
e hizo unas gachas de almortas para sosegar el hambre.
En el llanto de su
madre brotaban todas las penas,
la rabia y la
impotencia. Nadie cantó aquella noche.
¿Cuándo acabaría el
hambre, el frío y la condena al dolor
y las estúpidas
consecuencias de aquella fatídica guerra?
Puso en sus ojos el
sueño el cansancio y el silencio.
Ella sabe que nunca
estuvo más cerca de ese Niño que es Amor,
y por eso, lo
recuerda al llegar la
Nochebuena.
Alcalá de Henares, 23
de Diciembre de 2012
Textos realizados por Franziska