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lunes, 27 de agosto de 2012

Las condiciones para crear empleo decente




El problema social que con mayor gravedad afecta a los ciudadanos es la falta de empleo, y es natural.  La mayoría de las personas podemos vivir y satisfacer nuestras necesidades gracias a los ingresos que nos proporciona el trabajo remunerado o las pensiones que se reciben precisamente por haber tenido con anterioridad empleos y haber cotizado a la Seguridad Social en ellos.

Por eso es lógico que la mayoría de la población desee que las políticas de los gobiernos se encaminen a facilitar la creación de puestos de trabajo y que los políticos siempre se presenten ante la gente como preocupados por conseguir este objetivo.

Pero en este campo, como en ningún otro, no debemos ser ingenuos.  En apariencia todos estamos interesados en que se cree el mayor número de empleos pero eso es solo una apariencia porque también hay grupos de interés muy poderosos a quienes nos les conviene que haya pleno empleo y que todas las personas que lo deseen dispongan de un puesto de trabajo bien remunerado.

Así lo han detectado muchos científicos y es algo que incluso han reconocido muchos dirigentes políticos. El que fue ministro español de Economía, Carlos Solchaga, lo expresó claramente en un libro en el que comentaba su experiencia de gobierno: “La reducción del desempleo, lejos de ser una estrategia de la que todos saldrían beneficiados, es una decisión que si  se llevara a efecto podría acarrear perjuicios a muchos grupos de intereses y a algunos grupos de opinión pública”. 

Eso es así porque cuando hay un alto nivel de desempleo se puede contratar el trabajo a salarios más bajos ya que hay más personas que desean trabajar pero que no encuentran empleo y, por tanto, estarán dispuestas a aceptar sin rechistar las condiciones de trabajo que les ofrezcan.

En nuestro país hemos podido comprobar en los últimos años que la presencia de gran número de inmigrantes ha sido utilizada para contratar a más bajo salario y que incluso ha sido fomentada la presencia de trabajadores sin papeles precisamente porque su estado de mayor necesidad permite a
empleadores que sólo buscan el máximo beneficio, contratarlos en condiciones más desfavorables para ellos.

El interés que puedan tener algunos grupos sociales poderosos en que haya desempleo es, por tanto, algo que no se puede olvidar para entender por qué en los últimos años todo el mundo habla de crear empleo y, a la postre, no se crea el suficiente y el que se crea es de baja calidad, con malas condiciones de trabajo, pocos derechos reconocidos y de bajo salario.

En cualquier caso, para poder determinar lo que más conviene hacer para crear puestos de trabajo, vamos a repasar en primer lugar las ideas que defienden al  respecto quienes nos gobiernan; después vamos a mostrar que antes y ahora, en plena crisis, se corresponden poco con la realidad, y finalmente indicaremos, a la vista de la experiencia real, cuales son las condiciones que, a nuestro juicio, sí permitirían crear el empleo que necesita nuestra economía y nuestra sociedad.
……………
NOTA

En mi opinión todo el entramado de factores que se presentan en la actual crisis que está viviendo nuestro país,  nos resultan muy complicados de entender porque teníamos nuestra fe puesta en que vivíamos en el mejor de los mundos: el primer mundo desarrollado y democrático en el que todo funcionaba según las leyes establecidas y que nos protegían a todos por igual.  Si algún grupo o persona se descarriaba, para eso estaba la justicia.   Pero ahora ya sé que las cosas no eran como yo las pensaba.

Me recomendaron este libro de “Hay alternativas” y para mí está siendo esclarecedor. Es por eso, que he pensado compartirlo pero la totalidad del libro es, a todas luces imposible, entonces mi compromiso será ir entresacando algunas partes significativas, a pequeñas fracciones, para que sea posible verlo más claro.  Aunque mucho mejor que el trabajo que yo pueda aportar, será la lectura del libro de Vicenç Navarro.  

Alcalá de Henares, 27 de agosto de 2012
Franziska

Texto extraído del libro “HAY ALTERNATIVAS”, página 83, capítulo IV. Me he permitido realzar en negritas algunas partes del texto que, por lo demás, es un fiel reflejo del libro.

 Son los autores de este libro:  De Vicenç Navarro, Juan Torres López y Alberto Garzón Espinosa


lunes, 20 de agosto de 2012

REGLAS DE SUPERVIVENCIA EN UN ACCIDENTE DE AVIACIÓN



Sólo tenemos noventa segundos para salir. Eso es todo. Noventa. Si tardamos más el fuego puede atravesar la carcasa de aluminio del aparato y la temperatura de la cabina podría superar los 1.000 grados centígrados.  Poco después una combustión súbita generalizada lo consumiría todo. En sólo noventa segundos la cabina se convertiría en un infierno. Lo siguiente que debamos conocer es un concepto llamado más tres/menos ocho.  Más tres se refiere a los tres primeros minutos de vuelo y menos ocho a los últimos ocho.  Más tres/ menos ocho es el espacio habitual en el que se produce una situación de emergencia.  Los auxiliares de vuelo de una aerolínea aprenden que el 80% de todos los accidentes de avión tienen lugar durante esos once minutos. La humedad y el hielo acumulados en las pistas son la principal causa.  Ahora que ya conoce el principio ¿ que puede hacer con la principal causa?   Al comienzo y al final de un vuelo, las fuerzas de impactos normalmente son menos importantes porque la velocidad del avión es más reducida y su altitud es menor. Eso significa que, si está prestando atención hay más oportunidades de sobrevivir. Nunca debe tomarse una cerveza o un martini antes de subir a un avión. Nunca debería tomarse una pastilla para dormir antes de volar.  Nunca deberíamos echarnos una siesta o escuchar el iPod cuando el avión está corriendo por la pista. Durante los tres primeros minutos y los últimos ocho, debemos estar preparados para salvar nuestra vida sin esperar órdenes ni instrucciones. Según un estudio el 45% de los auxiliares de vuelo no están capacitados. Eso supone que casi la mitad del tiempo dependemos únicamente de nosotros mismos.

Desde el primer instante en que nos subimos en el avión, deberíamos imaginar qué vamos hacer si necesitáramos escapar.  Esta idea es contraria a toda la experiencia de ir a un aeropuerto pues a cada paso que damos desde que compramos el billete hasta que pasamos por el control de seguridad para embarcar nos están diciendo exactamente lo que tenemos que hacer y cuándo debemos hacerlo. Demasiados pasajeros adoptan esa mentalidad pasiva en los accidentes.

¿Cuáles son los consejos más importantes que debemos seguir?  Por encima de todo debemos memorizar dónde se encuentra situada la salida de emergencia y contar a cuántas filas de asientos de distancia se encuentra.  Cuando el humo es espeso, puede que no seamos capaces de ver a dónde nos dirigimos pero podemos encontrar el camino a tientas contando las filas de asientos  con las manos. Conocer la ubicación de una salida no es suficiente.  La puerta del plan A nuestra primera salida puede estar rota, bloqueada o envuelta en llamas.  Una vez más debemos contar las filas de asientos del plan B, nuestra salida alternativa.  Durante “Mas tres/menos ocho” debemos concentrarnos en cómo llegar a las salidas en caso de que los accesos estén bloqueados.

Hay factores que dependen de nosotros ¿el cinturón de seguridad está abrochado correctamente? ¿el sistema de sujeción le mantiene en el asiento? Hay que abrochar el cinturón y apretarlo sobre las caderas.  Prestar atención a lo que está sucediendo y estar listo para salir. ¿Estamos preparados para pasar por encima de los asientos y abrirnos paso a través de la gente que está paralizada de miedo o bloqueando nuestro camino? Será mejor pensar que los demás también lucharán por encontrar las salidas.

El paso final en su plan de acción consiste en comprender qué es lo que realmente le sucede a su cuerpo en un accidente.  Aunque tengamos el cinturón de seguridad adecuadamente colocado, inevitablemente vamos a chocar con algo. De hecho, el asiento que se encuentra delante de usted forma parte de su sistema de seguridad. En caso de accidente,  está diseñado para sujetarle y reducir su velocidad en un índice de frenada razonable.  Así que debemos afrontarlo: en un accidente, nos vamos a golpear contra algo.  Es importante comprender que la posición de impacto puede salvar la vida, tal y como ilustran las tarjetas de información, para esta posición de impacto hay que inclinarse hacia delante, colocar la cabeza sobre, o cerca de, la superficie más probable en la que vaya a sufrir el golpe y poner los pies planos sobre el suelo. Esta técnica está diseñada para minimizar la fuerza del impacto y la llamada sacudida en sus extremidades cuando es lanzado o inclinado hacia delante. En particular, la posición de impacto reduce la velocidad de su cabeza cuando se golpea sobre el asiento o sobre la mampara que hay delante de usted. Y no hay que olvidar que el cinturón no debe estar suelto.  Debe estar firmemente sujeto alrededor de sus caderas; cómodo, pero ajustado. El cinturón está diseñado para soportar 1.400 kilos de fuerza. Los seres humanos podemos sobrevivir a este tipo de fuerza si estamos bien sujetos.

Los expertos señalan unos cuantos consejos de seguridad más. Si desea aumentar sus posibilidades, podría pensar en llevar algo llamado capucha contra el humo, un dispositivo que tiene un filtro de respiración que sirve para protegernos de los gases tóxicos, de los productos irritantes y del calor. Algunas capuchas vienen dobladas en paquetes de plástico que no son mucho más grandes que una cajetilla de cigarrillos.

Otro consejo: olvídese de su equipaje de mano. Llevar consigo su equipaje sólo hará más lenta su evacuación y también bloqueará el paso a los demás.  Por lo que se refiere a la ropa las nuevas normas de seguridad dicen que es conveniente no llevar sandalias o chanclas. En una situación de emergencia, es preferible llevar zapatos fuertes, a ser posible de cordones que no se caigan del pie.  No se deberían llevar medias ni tejidos sintéticos que se pueden fundir sobre la piel.  No son recomendables los pantalones cortos ni las faldas. En caso de incendio, sería recomendable que su cuerpo estuviera cubierto.

El asiento más seguro de un avión.

Los pasajeros que tienen más probabilidades de sobrevivir son los que se sientan justo al lado de la salida o a una fila de distancia de ella. Más allá de cinco filas, las posibilidades de perecer sobrepasan con mucho a las de  sobrevivir. Siempre hay que sentarse en un radio de cinco filas de una puerta de un avión.  Por esta razón también hay que elegir los asientos de pasillo para tener más movilidad y más opciones. Los pasajeros de los pasillos tienen una posibilidad del 64% de salir vivos en comparación con el 58% de posibilidades que tienen los pasajeros de las ventanillas. Evitar los asientos centrales del avión y las salidas que se encuentren encima del ala.  Trate de sentarse cerca de las llamadas salidas de suelo ya que son las puertas más amplias y anchas y que normalmente  se encuentran en las partes delantera y trasera de los aviones.

Alcalá de Henares, 20 de Agosto de 2012

Este texto está extraido del libro:
"EL CLUB DE LOS SUPERVIVIENTES"
de BEN SHERWOOD

Mi lectura de este libro ha coincidido con el cuarto aniversario del trágico accidente que se produjo en el Aeropuerto de Barajas, en Madrid.  He pensado que aunque pueda parecer alarmante esta entrada, en realidad, es una cosa de sentido común porque "saber no ocupa lugar", según nos indica el refrán. Franziska



       

lunes, 13 de agosto de 2012

Dicen que ahora vivimos más los viejos.


Dicen que ahora vivimos más los viejos.
Émulos de Matusalén, al parecer,
arruinamos las arcas del Gobierno
con tantas medicinas que tomamos.
¡Dos litros de agua del grifo
y muchos paseos cada día:  verían
descender  nuestros recios abdómenes

y así, aquí en España, sin ir más lejos,
conseguiríamos todas las medallas de oro
en las olimpiadas de los viejos.
-Ya sé que no existen,
pues que las vayan inventando-
Del consumo de fármacos, ¡ ni hablar!
que eso es nocivo y, además, hay que ahorrar.

Nuestra pensión es para el erario del país
un gran problema, esto lo digo con cautela.
 -¡Atención, se acerca la tijera!-
Que los fondos que consumimos los mayores
da una suma que es insostenible
y una hecatombe sin parangón y ya sin nombre.
Y en mi opinión, si hacemos caso,
de esto a las cámaras de gas,
no hay más que un paso.

El sentimiento de culpabilidad ya está creado.
¿Por qué, si soy tan viejo, no me habré muerto ya?
Porque yo cobro mi pensión desde hace años,
no llegará la ayuda del Gobierno a los parados.
La asfixia y la culpa en la que viven
los cinco millones setecientos mil parados
la tenemos los abuelos que hemos decidido
no morirnos antes de llegar a centenarios.

Y además, porque eso de morirse ahora está más caro.
Lo siento pero ni morirse puede uno cuando quiere.

Porque morir es lo último que hacemos,
prefiero cederle mi turno al  Presidente del Bundesbank
o a su amigo Mario Draghi –lindo italiano, por cierto-
como aquel  asesor de príncipes, Maquiavelo:
-tildado de astuto y de rastrero-,  no estará satisfecho el caballero
hasta que no se sepa que hay una legión de españoles,
cubriendo los caminos de esta Europa,
con su mochila al hombro y aprendiendo a decir en todos los idiomas:
“tengo hambre y esta noche no sé dónde acostarme”.

Gracias, amigos, por fin comprendo lo que significa
vivir para que el euro se engrandezca
y luzca su prestigio y su prosapia
en los bonos de la Europa de Alemania.
La sangre de Quijote que corre por mis venas
hace tiempo que no encontraba
mayores aspas de molino
ni mayor locura en la que volcar sus ansias.

Alcalá de Henares, 13 de agosto de 2012
Texto realizado por Franziska

Palabra: viejos
Dadora:  Visitación García Rendueles
He trasladado la palabra dada hasta este blog porque me ha parecido que aquí este tema cuadra mejor con el estilo de la página

Este un género de poesía prosaica que para mi es un modo muy cómodo de expresión y descarga y banaliza y se toma a risa una cuestión tan seria como la opinión que tienen ciertos estamentos de lo que somos para la sociedad moderna, los viejos de hoy.  ¿Para que sirve un viejo cuando ya ni es estético ni produce?  Podría añadir que ésta es una pregunta más pero ya sé que no contestan ¿para qué voy a perder mi tiempo? Pero, digo la verdad, a mi me gustaría saber cuál va a ser  el importe mensual de la jubilación de hombres como el presidente del Bundesbank;  Mario Draghi, presidente del Banco Central europeo; e incluso, nuestro ínclito señor Rajoy, así sin ir más lejos.