Hoy día 21 de septiembre de
2014 se ha celebrado el Día
Internacional de acción contra el “Cambio climático”. En Alcalá de Henares, ciudad en la que vivo
desde que me jubilé, Ecologistas en Acción, coordinados con la Organización AVAAZ,
y otros grupos sociales, hemos participado en una marcha que finalizó, como
concluyen la mayoría de las manifestaciones que se realizan en nuestra ciudad,
en la Plaza de
Cervantes. Hasta esta plaza he llegado con mi cámara para dar testimonio de
nuestra presencia. El trabajo se ha
plasmado en un vídeo –montado sobre fotografías- que acabo de subir a Youtube, cuyo link es el siguiente:
Entre párrafo y párrafo -y siguiendo mi costumbre de intercalar
imágenes- aparecen algunas personas que tienen toda su esperanza puesta en que
otra forma de vivir es posible y así, comienzan ya a presentarse con sus
pequeños para que se vayan habituando a protestar y a proponer soluciones a los
problemas. El dinero de hoy será hambre para mañana –e incluso la muerte para
muchos- si no nos enfrentamos a tiempo con esta catástrofe que hemos creado los
hombres.
El tema del cambio climático es
dramático porque se sabe, desde hace tiempo, que ciertas actividades humanas
tienen la capacidad de interferir en el clima de la Tierra.
Lo que está ocurriendo ahora
mismo es que hemos sobrepasado el límite de la emisión de gases de efecto
invernadero y estamos corriendo el riesgo de que los ecosistemas lleguen a
colapsarse.
De los gases de efecto
invernadero (GEI) liberados a la
atmósfera por las actividades humanas destacan los siguientes:
El CO2 representa
más del 70% de las emisiones totales de GEI.
Este gas se libera
a la atmósfera como resultado de la quema de combustibles fósiles: petróleo, gas natural y
carbón) y por la deforestación.
CH4.- Se libera
principalmente como resultado de la actividad ganadera.
N2O.- Tiene un
potencial de calentamiento equivalente a 310 moléculas de CO2
y puede permanecer en la atmósfera hasta 120 años. La fuente principal de este gas es
la aplicación de los fertilizantes agrícolas.
Las dificultades que no se resuelven, se
incrementan y así apareció el tema de los monocultivos de árboles: otra cuestión de gran interés y para tratar en profundidad.
Los transgénicos que provocan la dependencia para la obtención de las semillas
y que están haciendo que desaparezcan las especies autóctonas, bien aclimatadas
a las condiciones propias del lugar y con buena respuesta de producción.
La ONU ha
advertido recientemente que el Ártico podría quedarse completamente sin hielo durante
el verano del año 2030.
Los glaciares de los Andes peruanos, que aportan el 50% del agua en el curso del Amazonas, se han retraído
un 20% en los últimos treinta años y podrían desaparecer en 40 años.
Cerca del 40% de la población mundial vive en zonas costeras, y más de
cien millones de personas lo hacen sobre terrenos que no superan un metro sobre
el nivel del mar. Junto con el impacto directo sobre las poblaciones cercanas a
las costas, el aumento del nivel del mar hace crecer el riesgo de inundación de
los deltas, la salinización de los acuíferos y la destrucción de las
infraestructuras sanitarias.
Los impactos en la biodiversidad y en los ecosistemas, sobre la salud
humana por la mala calidad del aire, el ruido,
los atascos en la circulación.
Concluyo. Parece que hoy me he levantado con ganas de sufrir y de
fastidiar la paz en la que viven otras personas pero, de verdad, esto no es
así. Hace ya muchos años que me vengo preocupando por la situación y confiando
que todo se irá remediando, lo más pronto posible. Parece que en nuestro país
esto no es así porque estamos entre los que más contribuyen al calentamiento
global.
Alcalá de Henares, 21 de Septiembre de 2014
Texto, imágenes y vídeo realizados por Franziska