Los gatos producen siempre una impresión de misterio. Pasan, según parece, el 85% de su tiempo sin hacer absolutamente nada. Comer, beber, matar, hacer caca y aparearse les ocupa sólo el 4% de su tiempo. El otro 11% lo invierten en sus correrías.
Se dice que los gatos fueron los últimos animales en ser domesticados y lo fueron por los antiguos egipcios hará unos 3.500 años. Los egipcios adoraban a los gatos como dioses: matar a un gato, deliberadamente o no, era un castigo punible con la pena de muerte.
Los gatos necesitan comer el equivalente a cinco ratones al día y aunque dispongan de un acceso ilimitado a la comida, sólo toman una porción del tamaño de un ratón.
Las investigaciones han demostrado lo que todo propietario de gato ya sabe: los gatos poseen una gama de personalidades más amplia que cualquiera otra criatura del planeta, a excepción del hombre. Cuando quieren son muy inteligentes.
Hace algún tiempo que, tomando como protagonista a mi gato, escribí el siguiente texto:.
Tuve un morrongo rubio
de hermosos bigotes blancos,
zarpa afilada y certera.
Autor de ágiles saltos
y felinos movimientos
agazapado a la espera
del importuno ratón
y hasta de algún pajarillo
que se posó en mi balcón.
Si enfadado, me bufaba.
Si quería su comida
o dormir en mi regazo
ronroneaba, mimoso,
y maullaba descontento
cuando quería salir
a cazar por la terraza o el jardín.
Mi rubio morrongo, un día
se enamoró de una gata de Birmania
que le puso mala cara
y se resistió enojada.
Mi pobre morrongo a casa
volvió arañado y confuso,
deprimido y patitieso.
Estupefacto, perplejo,
se lamía las heridas.
No dijo lo que sentía
pero yo le comprendía:
¡Ay, morronguito, lo siento
pero la vida es así
siempre se quiere al que nunca
habrá de pensar en ti!
Alcalá de Henares, 21 de mayo de 2009
Raitán
Las imágenes fueron tomadas durante mis recientes vacaciones (viajes del Inserso para la tercera edad) en Ibiza. Según parece, es costumbre de los isleños alimentar a los gatos silvestres. Esta es la razón, sin duda, de que sean tan sociables y resulte tan fácil acercarse a ellos sin que se asusten. Acercarse sí pero que se dejen tocar, esa es otra historia. Los gatos negros son considerados, en la isla, como presagio de buena suerte. No en todas partes se opina lo mismo.