Como las mariposas, busco la luz.
No quiero tejer la noche.
Canto. Vivo el desierto.
¡Mi dolor ha de escucharse
como si gritara el viento!
Igual que las flores, tiemblo.
Como mariposa, deseo
que todo mi invierno fuera
una eterna primavera.
La noche engulle los colores.
Se adormecen las raíces
del proyecto más audaz:
la esperanza languidece
y el futuro es un duende.
Nuestra canción es un acto de fe.
Aún
creemos
que pueden comprendernos.
Amanece.
Un día más en el sendero.
Aún estoy viva. Puedo verte.
Quisiera reencontrarme con el
abrazo,
el beso, la sonrisa, la mirada,
la voz y las caricias de mi madre.
De ella tomé la vida y soy su
sangre.
De ella recibí la dignidad de ser
mujer.
Su corazón valiente y decidido.
El amor y su sentido de la vida.
Aprender a vivir no es nada que se
enseñe.
Vivir no es solo cumplir años.
El viaje final ha de llegar.
Si nuestra vida mereció la pena,
será una estela
un recuerdo de amor y luz, en los
demás.
Alcalá de Henares, 30 de enero de 2022
Texto e imagénes realizados por
Franziska.