En el año 2007, John Maloof, compró por 300 dólares, las
pertenencias de Vivian Maier almacenadas en un guardamuebles. Se habían dejado
de pagar las cuotas de alquiler. Por este motivo, se subastaron.
En aquel momento, John Maloof estaba buscando información
para escribir un libro sobre la historia de Chicago pero, repasado el material,
lo desechó y decidió revelar una parte y
venderla en Internet. El crítico e
historiador de fotografía, Allan Sekula, advirtió a Maloof que estaba
dispersando un material de extraordinaria calidad.
A partir de esa advertencia Maloof hace gestiones para dar
con el paradero de Vivian Maier, justo dos meses después de su muerte.
¿Quién era Vivian Maier?
Sabemos de ella que era hija de refugiados judíos. Su madre, Maria Jaussand, era francesa y su
padre, Charles Maier, austriaco.
Su niñez transcurrió entre Francia y Estados Unidos.
Cuando sus padres se separaron en el año 1930, ella y su madre convivieron una
temporada con una pionera de la fotografía, la surrealista Jeanne J. Bertrand.
Es muy probable que de esta relación naciera su vocación por la fotografía.
En 1951 se fue a vivir a Nueva York y en 1956 se trasladó
a Chicago, donde pasó la mayor parte de su vida.
Durante más de
cuarenta años, trabajó como niñera. Murió en el año 2009 pobre, sola y sin
saber que su pasión por la fotografía la sacaría del anonimato hasta llegar a reconocer
en ella a una deslumbrante autora de la fotografía de calle.
Su descubrimiento se convirtió en una auténtica sorpresa
para el mundo de los especialistas en fotografía que contemplaron atónitos una
obra fotográfica que constaba de 100.000 negativos, dotados de una modernidad,
personalidad y calidad extraordinarias para los años y las circunstancias en
que fueron realizados.
En Internet se pueden ver algunas de sus fotografías, hay
un libro publicado, en inglés, en el que se cuentan todo lo que se ha podido ir
averiguando sobre ella en las casas donde trabajó y de los niños a los que
cuidó. De algunos viajes que hizo, de las cosas en las que ponía su corazón:
los niños con los que se entendía muy bien y su entrega a la fotografía: de
esas fotografías que no enseñaba a nadie.
John Maloof cuenta en un documental todas las gestiones
que hizo para localizarla. Es algo que se queda a la libre curiosidad e interés
de quien quiera buscarlo.
Sabemos también que era feminista, que coleccionaba libros
de arte, viejos periódicos, y que muchas de sus fotografías no pudieron ser
reveladas porque no se lo podía permitir. Tomaba fotos sin descanso sin que le
importara el resultado final.
Dí con ella por pura chiripa, buscando mujeres que son o
han sido importantes en el campo de la fotografía. Me emocionó profundamente.
Si hay algo que queda claro en la vida de esta mujer es su soledad y su amor
por la fotografía. Entiendo muy bien que
esta pasión, la liberaba e incluso la compensaba de su soledad.
Alcalá de Henares, 20 de septiembre de 2015
Para redactar este texto, he recogido la información de Internet. Lo mismo puedo decir de las fotografías de Vivian Maier que son autoretratos.
Para la serie de"Fotógrafas destacadas", evocadas por Franziska.