II Parte de Pueblos y culturas amenazadas
Los Inuit
Inuit es el nombre genérico de
los grupos humanos que habitan el Ártico y que poseen características físicas
que les ayudan a sobrevivir en el frío. Viven en las tundras del norte del
Canadá, Alaska y en Groenlandia.
Tienen sus orígenes en Siberia. Sus antepasados cruzaron
el estrecho de Bering y se distribuyeron también por Norteamérica. Han
soportado la vida del Ártico durante miles de años y tienen una gran
experiencia para sobrevivir en el hielo. Su modo de vida es el nomadismo
siguiendo las migraciones de los animales que cazan entre los que se destacan
los renos, osos, ballenas y focas. De estos animales aprovechan para su
alimentación todas las partes posibles así como para obtener sus herramientas, ropas, construir sus viviendas y sus armas
para cazar. Hasta la segunda mitad del
siglo XX vivían como cazadores nómadas.
Durante los años 50 y 60 del
pasado siglo, el Gobierno de Canadá y la Iglesia Católica les obligaron
a aceptar la vida sedentaria. La transición no solo ha sido difícil sino
también traumática pues no se cumplieron las expectativas del Gobierno de crear
puestos de trabajo en actividades relacionadas con la pesca. La vida en estas
comunidades se caracteriza por niveles extremadamente altos de alcoholismo e
incluso de esnifado de gasolina entre los niños y también hay que añadir una
situación de extremada violencia y las tasas de suicidio más elevadas del
mundo. La diabetes es otra de las
enfermedades que les era desconocida y
que hoy hace estragos entre ellos.
Mitología
Según la tradición oral pues hay
pocas leyendas escritas, sus principales
divinidades se relacionan con la naturaleza y su mitología guarda mucha
semejanza con otras de los distintos pueblos que viven en las regiones polares.
Su religión tiene principios animistas y chamánicos. Suena a algo muy conocido la leyenda del
origen del mundo aunque me ha hecho sonreír leer que surgieron unos hombres mal
hechos, que no podían valerse por sí mismos hasta que un día, apareció una
mujer que decidió cuidar de ellos y gracias a ella, nació la humanidad.
Creen que los animales poseen un
alma y que no son cazados por el hombre sino que se dejan cazar. Opino que no
les falta razón.
En cuanto a la muerte física,
aceptan que una parte del alma entra en los cielos o en el infierno pero, otra
parte, se reincorporará a un pariente recién nacido. Imponer a un niño el
nombre de alguien fallecido, significa que su antepasado le transferirá ciertas
cualidades personales. Nosotros, con
nuestro fanatismo científico, creemos en el ADN.
Es significativa su creencia de
que el hielo y la nieve que recubren el Ártico son fruto de una gran inundación
que hubo en el pasado y que llegó incluso a cubrir montañas y valles.
Tienen también un monstruo que
rapta a los niños y los esconde para siempre que se llama Ijiraq.
SILA: es la divinidad del aire.
Se la considera esencia de la vida. Es la encargada de sustentar y mantener al
mundo.
PINGA. Diosa de la fertilidad, la
medicina y la caza.
QAILERTETANG: espíritu de los
fenómenos meteorológicos y los animales. Protectora de los pescadores y
cazadores.
NUNA: divinidad de la Tierra, es la deidad que
habita la tierra y la mantiene.
SARANIK: Diosa del Sol, el Sol es
para los inuit una divinidad femenina encarnada por Saranik.
AUNRA: Diosa del aire. Es la que
crea los fuertes vientos árticos.
TUKIK: el dios masculino de la Luna. Cuenta la leyenda que
Tukik es capaz de dejar embarazada a toda mujer que esté sola trabajando en una
noche de luna llena. Y, por último, está
TEKKEITSERTOK que es el Dios de
los renos. El pueblo indígena eveny
tiene un acervo de más de mil quinientas palabras para describir las partes del
cuerpo, las enfermedades y los estados de ánimo de sus renos.
En las comunidades organizadas y
educadas a partir de la vida sedentaria, nace una oposición y una lucha por
mantener sus formas de vida que están amenazadas por el cambio climático, por
la explotación de las riquezas, construcción de autopistas, etc. Hay una dirigente inuit, Sheila Watt-Cloutier,
galardonada por numerosas instituciones e incluso propuesta para el premio
Nobel de La Paz
del año 2007, que batalla por el reconocimiento de los derechos de los inuit
porque si no se atiende a los gases de efecto invernadero que son la causa del
calentamiento global, el Ártico se derretirá llevándose tras de sí a todo un
pueblo que ha sabido mantener el equilibrio natural y el desarrollo y la vida
humanas. Creo que es algo que debe hacernos pensar y luchar para evitar que se
produzca tal hecatombe.
Alcalá de Henares, 31 de enero de 2015
Información seleccionada y en parte extractada de Wikipedia
así como las imágenes de los inuit. Los escasos comentarios son personales.
Sheila Watt-Cloutier es una destacada luchadora y ella sola y todo su esfuerzo personal merecieron el premio del Nobel de La Paz que espero terminen por otorgarle. Su biografía es sorprendente y recomendable saber que mujeres con tal fuerza existen y están dispuestas a enfrentarse con las circunstancias por más adversas que éstas sean. Franziska