Sólo tenemos noventa segundos
para salir. Eso es todo. Noventa. Si tardamos más el fuego puede atravesar la
carcasa de aluminio del aparato y la temperatura de la cabina podría superar
los 1.000 grados centígrados. Poco
después una combustión súbita generalizada lo consumiría todo. En sólo noventa
segundos la cabina se convertiría en un infierno. Lo siguiente que debamos
conocer es un concepto llamado más tres/menos ocho. Más tres se refiere a los tres primeros
minutos de vuelo y menos ocho a los últimos ocho. Más tres/ menos ocho es el espacio habitual en
el que se produce una situación de emergencia.
Los auxiliares de vuelo de una aerolínea aprenden que el 80% de todos
los accidentes de avión tienen lugar durante esos once minutos. La humedad y el
hielo acumulados en las pistas son la principal causa. Ahora que ya conoce el principio ¿ que puede
hacer con la principal causa? Al
comienzo y al final de un vuelo, las fuerzas de impactos normalmente son menos
importantes porque la velocidad del avión es más reducida y su altitud es
menor. Eso significa que, si está prestando atención hay más oportunidades de
sobrevivir. Nunca debe tomarse una cerveza o un martini antes de subir a un
avión. Nunca debería tomarse una pastilla para dormir antes de volar. Nunca deberíamos echarnos una siesta o
escuchar el iPod cuando el avión está corriendo por la pista. Durante los tres
primeros minutos y los últimos ocho, debemos estar preparados para salvar
nuestra vida sin esperar órdenes ni instrucciones. Según un estudio el 45% de
los auxiliares de vuelo no están capacitados. Eso supone que casi la mitad del
tiempo dependemos únicamente de nosotros mismos.
Desde el primer instante en que
nos subimos en el avión, deberíamos imaginar qué vamos hacer si necesitáramos
escapar. Esta idea es contraria a toda
la experiencia de ir a un aeropuerto pues a cada paso que damos desde que
compramos el billete hasta que pasamos por el control de seguridad para
embarcar nos están diciendo exactamente lo que tenemos que hacer y cuándo
debemos hacerlo. Demasiados pasajeros adoptan esa mentalidad pasiva en los
accidentes.
¿Cuáles son los consejos más
importantes que debemos seguir? Por
encima de todo debemos memorizar dónde se encuentra situada la salida de
emergencia y contar a cuántas filas de asientos de distancia se encuentra. Cuando el humo es espeso, puede que no seamos
capaces de ver a dónde nos dirigimos pero podemos encontrar el camino a tientas
contando las filas de asientos con las
manos. Conocer la ubicación de una salida no es suficiente. La puerta del plan A nuestra primera salida
puede estar rota, bloqueada o envuelta en llamas. Una vez más debemos contar las filas de
asientos del plan B, nuestra salida alternativa. Durante “Mas tres/menos ocho” debemos
concentrarnos en cómo llegar a las salidas en caso de que los accesos estén
bloqueados.
Hay factores que dependen de
nosotros ¿el cinturón de seguridad está abrochado correctamente? ¿el sistema de
sujeción le mantiene en el asiento? Hay que abrochar el cinturón y apretarlo
sobre las caderas. Prestar atención a lo
que está sucediendo y estar listo para salir. ¿Estamos preparados para pasar
por encima de los asientos y abrirnos paso a través de la gente que está paralizada
de miedo o bloqueando nuestro camino? Será mejor pensar que los demás también
lucharán por encontrar las salidas.
El paso final en su plan de
acción consiste en comprender qué es lo que realmente le sucede a su cuerpo en
un accidente. Aunque tengamos el
cinturón de seguridad adecuadamente colocado, inevitablemente vamos a chocar
con algo. De hecho, el asiento que se encuentra delante de usted forma parte de
su sistema de seguridad. En caso de accidente,
está diseñado para sujetarle y reducir su velocidad en un índice de
frenada razonable. Así que debemos
afrontarlo: en un accidente, nos vamos a golpear contra algo. Es importante comprender que la posición de
impacto puede salvar la vida, tal y como ilustran las tarjetas de información,
para esta posición de impacto hay que inclinarse hacia delante, colocar la
cabeza sobre, o cerca de, la superficie más probable en la que vaya a sufrir el
golpe y poner los pies planos sobre el suelo. Esta técnica está diseñada para
minimizar la fuerza del impacto y la llamada sacudida en sus extremidades
cuando es lanzado o inclinado hacia delante. En particular, la posición de
impacto reduce la velocidad de su cabeza cuando se golpea sobre el asiento o
sobre la mampara que hay delante de usted. Y no hay que olvidar que el cinturón
no debe estar suelto. Debe estar
firmemente sujeto alrededor de sus caderas; cómodo, pero ajustado. El cinturón
está diseñado para soportar 1.400 kilos de fuerza. Los seres humanos podemos
sobrevivir a este tipo de fuerza si estamos bien sujetos.
Los expertos señalan unos cuantos
consejos de seguridad más. Si desea aumentar sus posibilidades, podría pensar
en llevar algo llamado capucha contra el humo, un dispositivo que tiene un
filtro de respiración que sirve para protegernos de los gases tóxicos, de los
productos irritantes y del calor. Algunas capuchas vienen dobladas en paquetes
de plástico que no son mucho más grandes que una cajetilla de cigarrillos.
Otro consejo: olvídese de su
equipaje de mano. Llevar consigo su equipaje sólo hará más lenta su evacuación
y también bloqueará el paso a los demás.
Por lo que se refiere a la ropa las nuevas normas de seguridad dicen que
es conveniente no llevar sandalias o chanclas. En una situación de emergencia,
es preferible llevar zapatos fuertes, a ser posible de cordones que no se
caigan del pie. No se deberían llevar
medias ni tejidos sintéticos que se pueden fundir sobre la piel. No son recomendables los pantalones cortos ni
las faldas. En caso de incendio, sería recomendable que su cuerpo estuviera
cubierto.
El asiento más seguro de un avión.
Los pasajeros que tienen más
probabilidades de sobrevivir son los que se sientan justo al lado de la salida
o a una fila de distancia de ella. Más allá de cinco filas, las posibilidades
de perecer sobrepasan con mucho a las de
sobrevivir. Siempre hay que sentarse en un radio de cinco filas de una
puerta de un avión. Por esta razón
también hay que elegir los asientos de pasillo para tener más movilidad y más
opciones. Los pasajeros de los pasillos tienen una posibilidad del 64% de salir
vivos en comparación con el 58% de posibilidades que tienen los pasajeros de
las ventanillas. Evitar los asientos centrales del avión y las salidas que se
encuentren encima del ala. Trate de
sentarse cerca de las llamadas salidas de suelo ya que son las puertas más
amplias y anchas y que normalmente se
encuentran en las partes delantera y trasera de los aviones.
Alcalá de Henares, 20 de Agosto de 2012
Este texto está extraido del libro:
"EL CLUB DE LOS SUPERVIVIENTES"
de BEN SHERWOOD
Mi lectura de este libro ha coincidido con el cuarto aniversario del trágico accidente que se produjo en el Aeropuerto de Barajas, en Madrid. He pensado que aunque pueda parecer alarmante esta entrada, en realidad, es una cosa de sentido común porque "saber no ocupa lugar", según nos indica el refrán. Franziska
5 comentarios:
Funesto accidente... si las cosas se pudieran arreglar, verdad? Si se pudiera volver atrás...
Saludos y un abrazo.
Me acabo de leer tu post con puntos y comas y trataré de recordarlo cuando vuele, si es que en caso de accidente uno es capaz de pensar con calma y no contagiarse por la histeria colectiva. ¡Mejor que no nos pase nada!
Feliz vuelo, quiero decir feliz tiempo de lo que queda de verano.
Un fuerte abrazo.
recuerdame que no coja un avión... je gracias por los consejos un saludo
Hol Franciska.
Está muy bien este Post.
Hace mucho tiempo que no cojo un avión.
Desde que me vine a vivir a Valencia, concretamente hace casi 37 años.
Me acuerdo que alguna vez, yo sola con los dos niños, mayores, incluso una de las veces con el cestito, con mi gato siamés de entonces, Tom (Desde que me casé que siempre he tenido gatos, a mi marido le encantan y a mi también).
A mi marido no le gusta ir en avión.
Gracias por estos consejos, quizá algún día vuelva a viajar en este medio de transporte.
Besos, Montserrat
En un accidente de aviación no es muy probable salir indemne. Muchos de estos consejos valen también para otro tipo de siniestros, un incendio en unos grandes almacenes por ejemplo. No estaría mal conocer siempre las salidas de emergencia; como utilizar un extintor y muchas otras cosas. Lo más importante es dominar el pánico
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