Irene llegaba de un mundo en el que la palabra querida
tenía un significado peyorativo; y otro importante: era una declaración de
amor. Lo mismo sucedía cuando la gente se besaba y se abrazaba. Por eso se vio sorprendida cuando comenzó a
recibir correos en los que se leían palabras
como preciosa, amor, querida, maravillosa y otras semejantes. Como nada pasa sin dejar su huella, Irene
se subió a unos zapatos de tacón con los que se bamboleaba peligrosamente. Ella que nunca se había maquillado pues no le
gustaba a su Juan, y ante el estupor de familiares y amigos, se aplicó rimel en
las pestañas y sombra en los párpados para dar profundidad a sus ojos. Carmín, en
los labios y un discreto colorete. Se tiñó el pelo con unas graciosas
rayas de color dorado. Comprobó que aún resultaba una mujer moderna y
atractiva.
¿Cuál había sido el detonante? Pues tenía un nombre y se llamaba Ramón. Le conoció en el grupo de teatro de
aficionados de la tercera edad. Otra de las pasiones de Ramón, era la
escultura. También estaba viudo, según
decía él. Sin saber como, poco a poco,
Irene se fue entusiasmando con Ramón. El trato con él fue impregnándola de un
sentimiento de total plenitud, de ser aceptada, de sentirse compenetrada sin
que pudiera saber por qué se había producido. Le parecía un hombre necesitado
de afecto que presentaba un aspecto muchas veces desastrado y, no pocas veces,
desaseado. Su salud tampoco parecía
óptima. Un día cuando lo vio caminar
ligeramente encorvado y casi cojeando, se sorprendió con un sentimiento de
ternura hacia él y pensó que se había enamorado.
El conflicto comenzó a partir de ese momento. Pensó encargarle una de sus pequeñas
esculturas, una idea realizada en hierro que representaba una niña tratando de
alcanzar un pajarito. Significaba para ella un tesoro tener algo que él hubiera
realizado con sus propias manos. Y aunque su pensión de viuda era muy escasa,
no reparó en sacrificios hasta que reunió los 500 euros que valía.
Desde que le encargó que la realizara hasta que, al fin, estuvo lista, fue
un tiempo de maravillosas palabras, tonos de cariño, atenciones, y un sinfín de
arrumacos. Sin embargo, ella no
albergaba ninguna duda de que entre los dos estaba fraguándose algo hermoso.
Irene se quedó apabullada al comprobar lo distante que se
mostró Ramón el día que le pagó su escultura.
Cesaron los correos. Dejó de
acudir a los ensayos con la excusa de que tenía que ocuparse de una anciana
tía. Finalmente desapareció sin dejar rastro.
Cuando pudo reflexionar, comprendió que habían sido sus
deseos los que le habían tendido una trampa. Su error nació de la
ignorancia. Los usos sociales se habían
modificado significativamente. Que el amor era un sentimiento cada vez más
confundido con el sexo y que la sociedad, a cada paso, lo iba devaluando
más. Se refugió en la pintura y encontró
en la ejecución de las acuarelas un mundo espectacular, lleno de belleza y
emociones. Estaba decidida a no volver a
entregar su corazón a ningún
espejismo. Durante un tiempo creyó que
había recuperado su libertad y que era nuevamente feliz. Sin embargo, en su rostro se vislumbra, cada
vez con mayor claridad, una marcada
melancolía.
Alcalá de Henares, 11 de marzo de 2017
Texto e imágenes realizadas por Franziska para
LA TORTUGA DE DOS CABEZAS
El cuento corresponde al 9 de marzo de 2012 y las fotografías son muy recientes.
13 comentarios:
Qué relato tan bonito y bien escrito! Y las fotos, que son siempre sorprendentes porque muestran elementos del mundo real que se confunde con el imaginario y ofrecen una imagen surrealista a veces difícil de interpretar pero que transmiten por su luz, por sus efectos de claro-oscuro....Y la historia, una realidad muy frecuente hoy en día... El amor... no siempre se materializa porque es algo intangible y hasta inalcanzable. Gracias por tu generoso comentario y por entender esta lengua en la que me expreso. Un abrazo, Franziska.
Una historia triste, sencilla y repetida como imaginas en miles de personas... Tú la has sabido hacer amena hasta el final con tu estilo tan fluido y agradable.
El despliegue de fotos es fantástico (yo también he picado en las luces en movimiento, y es siempre una sorpresa lo que te puede salir...). La doble exposición es fenomenal. Felicidades por tanta creatividad.
Un abrazo con mucha luz para ti :)
...Se me olvidaba... Gracias por tu comentario en mi último cuento. Olvidé decirte allí que éste y otros cuentos no están aún publicados aún, pero los estoy reuniendo para un futuro volumen.
Leerte me estimula mucho a mí a seguir colocar historias. No dejes de hacer cuentos, se te da fenomenal.
Besitos
Que bello relato de Irene y Ramón.
Un fuerte abrazo, con mucho aprecio.
Precioso relato Franciska, es cierto que hoy se confunde amor con sexo y eso lleva a muchos desengaños. Relatas muy bien y sabes mantener el interés hasta el final.
Un cariño desde el corazón.
Ángeles
Un gran placer pasar por tu blog. Te invito a que me visites. Saludos!!
http://andreszuniga-escritor.blogspot.com.ar/
A veces el amor se confunde con la ilusión de sentirse deseada, haciendo pensar que es amor…
Un relato que no dudo pudo haber sucedido.
Buen relato Francisca.
Las imágenes sorprendentes.
Gracias por tu comentario.
Un cálido abrazo
Boa tarde, falar de amor, hoje é banal, fala-se de amor sem sentir ou saber o que é, confunde-se o amor atracão física, a história é cativante do principio ao fim.
AG
Francisca, en la vida permanentemente buscamos el amor, la comprensión, alguien a quien amarrar esa soledad que nos dejó el tiempo. Preciosa historia conmovedora.
Abrazo
Uma bela história, gostei de ler.
As fotografias são belíssimas, parabéns.
Beijo.
Te leo, y visito una vez más, para admirar tu hermoso estilo literario y tus excelentes registros fotográficos.
Vim à procura de novo post.
Franziska, tem um bom fim de semana.
Beijo.
Hola amiga! Con qué belleza y elegancia nos cuentas esta historia de amor. Con qué frecuencia imaginamos y dibujamos en nuestras mentes algo que nos haga sentir de nuevo que estamos vivos. Irene, la protagonista del relato, quiso reinventarse, renacer ante la nueva situación de vértigo y emociones en la que se encontraba. Ella creyó en la ilusión y la pasión y se entregó a un "posible" ¿por qué no? Fue valiente, venció al miedo y arriesgó...porque dentro de ella había algo mejor que dar.
Un abrazo y gracias por acompañarme siempre.
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