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jueves, 15 de octubre de 2009

¡PROTEGER EL ARTICO ES SALVAR EL PLANETA!






Desde que el nombre de Sheila Watt-Cloutier, al ser nominada para el premio Nobel de La Paz 2007, saltó a todos los medios de comunicación,  los escasos datos que tenía sobre sus actividades han dormido el sueño de los justos en mis archivos.  Hoy, día 15 de Octubre de 2009,  es el día señalado para participar en Internet en EL BLOG ACTION DAY ’09 en defensa del medio ambiente y creo que ha llegado el momento de presentar en este modesto blog a una gran luchadora.




SHEILA WATT-CLOUTIER se crió en la pequeña comunidad inuit, en las costas meridionales de la Bahía de Ungava, en el helado norte de Canadá.  Hoy es la representante electa de 150.000 habitantes que integran el pueblo inuit, dispersos alrededor del Ártico en Alaska, Canadá, Groenlandia y Chukotka, Rusia.

Junto con la organización PNUMA desempeñó un importante papel en la tarea de lograr que los gobiernos del mundo acordasen la supresión gradual de una “docena sucia” de productos químicos persistentes que estaban contaminando a su pueblo. Son las toxinas industriales que pueden causar infertilidad, cáncer y daños cerebrales. También emprendió una campaña en contra del calentamiento de la Tierra.

Este es un extracto editado del testimonio que presentó ante el Congreso de los Estados Unidos en septiembre de 2004:

“Nos encontramos al borde de un momento decisivo en la historia del planeta. La Tierra se está derritiendo y debemos reunirnos, todos, para abordar de forma eficiente el problema del cambio del clima.

Mientras que el calentamiento de la Tierra afecta al planeta entero, existe un consenso científico de que está impactando en el Ártico con mucha mayor celeridad. Nuestros mayores han venido experimentando estos cambios desde mediados de los años 70. La relación de los inuit con el medio ambiente sigue siendo fuerte, y muchos de nosotros todavía dependemos de la tierra y del mar para el sustento de nuestras familias. Nuestros mayores y nuestros cazadores tienen un íntimo conocimiento de la tierra, el mar y el hielo, y han observado unos alarmantes cambios en el clima, el medio ambiente y la fauna silvestre del Ártico. Estos cambios incluyen:

1. derretimiento de permafrost
2. estaciones más largas sin hielo marino
3. nuevas especies de aves y peces -lechuzas, petirrojos, patos de cola ahusada y salmón- están invadiendo la región.
4. invasiones de mosquitos y jejenes
5. condiciones del hielo marino impredecibles
6. derretimiento de glaciares, lo cual crea torrentes en vez de arroyos.

Nuestras observaciones son confirmadas por una evaluación científica oficial llevada a cabo por más de 300 científicos y numerosos habitantes autóctonos del Ártico. El estudio concluye que es muy probable que nuestra antigua relación con nuestra cultura de caza desaparezca  en el período de la vida de mi nieto. El cambio del clima está sucediendo primero y más rápidamente en el Ártico. Mi tierra natal es el barómetro de salud para el planeta. Al observar lo que ya está sucediendo en las remotas aldeas inuit en Alaska (como en Shismaref, cerca de su extremo oriental, que literalmente está siendo azotada hasta tal punto que se está cayendo al mar) se nos revelan los futuros peligros para regiones más pobladas como Florida, Louisiana o California.

Si logramos invertir, a tiempo, la emisión de contaminantes que causan los cambios climáticos para salvar el Ártico del impacto más devastador del calentamiento de la Tierra, podremos ahorrar incalculables sufrimientos para cientos de millones de habitantes alrededor del globo. El calentamiento de la Tierra nos une a todos. Usemos lo que está sucediendo en el Ártico -la Historia Inuit- como un vehículo para restablecer esta asociación entre todos nosotros, de forma que comprendamos que el planeta y sus habitantes son uno. El cazador inuit que cae a través del imprevisible hielo marino en disminución, está vinculado con los automóviles que conducimos, con las industrias de las cuales dependemos, y con el mundo desechable en el que nos hemos convertido.

El cambio del clima es una cuestión de supervivencia de la humanidad. Es el problema mundial más apremiante con que nos enfrentamos hoy día. ¡Protejan el Ártico, y salvaremos el planeta!"

Para quienes tengan curiosidad y quieran completar un poco el curriculum vitae de Sheila Watt-Cloutier, encontrarán en Internet información de las numerosas ocasiones en que le han sido otorgados premios y condecoraciones en reconocimiento a su trabajo. Porque es muy destacada y meritoria la labor de esta incansable luchadora en defensa de su pueblo y porque su supervivencia y sus modos de vida están en peligro: los inuit no pueden acudir al mercado a abastecerse, dependen de la naturaleza que es su despensa y su medio de vida –dice Sheila-  sin embargo, no se trata sólo de los inuit, las consecuencias terminarán llegándonos a todos.



15 comentarios:

Julia dijo...

Me quedo con ese final... "las consecuencias terminarán llegándonos a todos". Cuándo nos daremos cuenta y empezaremos a hacer algo?
Muy buen post!!! y gracias, siempre, por tus palabras en mi blog.Un besote, Franziska.

Unknown dijo...

Vale el homenaje!

besos!!

Luis dijo...

Hola Franzisca:
Los humanos somos tan estúpidos que sólo valoraremos lo que teníamos, cuando lo perdamos...
No es sólamente el Ártico lo que se ha de salvar, creo que tendríamos que empezar por salvar nuestras mentalidades egocéntricas, ambiciosas, estúpidas...
Un cordial saludo,
Luis

francesc dijo...

Ya lo dice el refrán, sabiduría popular " cuando veas las barbas del vecino cortar, pon las tuyas a remojar".
Nuestra ambición, no nos permite buscar soluciones.
Un saludo, Franki

celebrador dijo...

El hecho en si es innegable, lo dudoso queda en hasta qué punto estamos ante un hecho antropogénico (motivado realmente por la acción del hombre), o no.

Pero esto es como la discusión del cuento sobre los galgos o los podencos, mientras las liebres discuten sobre su raza los perros las alcanzan y se las comen

Anónimo dijo...

Romanos 10. Si confiesas con tu boca que Jesucristo es tu Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salv@.

Juan Escribano Valero dijo...

Hola Francisca: Desde el portal de Campanita vengo a ti y me ha encantado conocerte. Cierto que las consecuencias acabarán por alcanzarnos a todos, estoy de acuerdo con la idea que se desprende de tu escrito, todos podemos hacer algo para evitarlo.
Un fuerte y fraternal abrazo

Anónimo dijo...

Muy interesante. Gracias por compartir esta maravillosa información. Un fuerte abrazo.

Conchita dijo...

Franziska, gracias por compartir esta interesante información, es una pena que nos conformemos con leerla...pero que podemos hacer nosotros...los que pueden no lo hacen cuantos son castigados por menos motivos no te parece?
Feliz semana

Carol dijo...

Querida Franziska, he perdido la esperanza de que el Planeta Tierra se salve de la hecatombe, va hacia ella sin alternativas.

Creo que nos está tocando vivir el final del esplendor de un mundo maravilloso maltratado por la mano humana, lo siento mucho por los que son ahora niños y por los que aún tienen que nacer, pobres criaturas qué mundo se van a encontrar...y van a ser muchos porque la población mundial va en aumento.

En este tema soy muy pesimista, lo siento amiga.

Un fuerte abrazo.

M. J. Verdú dijo...

Sigues con tu maravillosa labor de difusión de salvar el planeta... Eres sensible, dulce, solidaria... un encanto, Franciska

María dijo...

Descubro tu blog, y me quedo viéndolo, me parece un precioso homenaje el que has dedicado, para darnos cuenta que con un pequeño gesto de cada uno, podemos hacer algo grande.

Saludos.

tia elsa dijo...

Nuestro planeta es nuestro hogar, sino lo cuidamos somos unos reverendos idiotas. Ojalá todos nos sumemos en voz y en acción a contribuir con el cuidado de nuestra casa. Besos tía Elsa.

M. J. Verdú dijo...

Gracias por las cariñosas palabras dejadas en mi blog

Carol dijo...

Querida amiga Franziska, en mi blog tienes un regalo para este blog, si es tu deseo lo recoges, me alegraría mucho porque es muy merecido.

Un beso enorme.