Dicen que ahora vivimos más los viejos.
Émulos de Matusalén, al parecer,
arruinamos las arcas del Gobierno
con tantas medicinas que tomamos.
¡Dos litros de agua del grifo
y muchos paseos cada día:
verían
descender nuestros
recios abdómenes
y así, aquí en España, sin ir más lejos,
conseguiríamos todas las medallas de oro
en las olimpiadas de los viejos.
-Ya sé que no existen,
pues que las vayan inventando-
Del consumo de fármacos, ¡ ni hablar!
que eso es nocivo y,
además, hay que ahorrar.
Nuestra pensión es para el erario del país
un gran problema, esto lo digo con cautela.
-¡Atención, se acerca
la tijera!-
Que los fondos que consumimos los mayores
da una suma que es insostenible
y una hecatombe sin parangón y ya sin nombre.
Y en mi opinión, si hacemos caso,
de esto a las cámaras
de gas,
no hay más que un
paso.
El sentimiento de culpabilidad ya está creado.
¿Por qué, si soy tan viejo, no me habré muerto ya?
Porque yo cobro mi pensión desde hace años,
no llegará la ayuda del Gobierno a los parados.
La asfixia y la culpa en la que viven
los cinco millones setecientos mil parados
la tenemos los
abuelos que hemos decidido
no morirnos antes de
llegar a centenarios.
Y además, porque eso
de morirse ahora está más caro.
Lo siento pero ni
morirse puede uno cuando quiere.
Porque morir es lo último que hacemos,
prefiero cederle mi turno al
Presidente del Bundesbank
o a su amigo Mario Draghi –lindo italiano, por cierto-
como aquel asesor de
príncipes, Maquiavelo:
-tildado de astuto y de rastrero-, no estará satisfecho el caballero
hasta que no se sepa que hay una legión de españoles,
cubriendo los caminos de esta Europa,
con su mochila al hombro y aprendiendo a decir en todos los
idiomas:
“tengo hambre y esta noche no sé dónde acostarme”.
Gracias, amigos, por fin comprendo lo que significa
vivir para que el euro se engrandezca
y luzca su prestigio y su prosapia
en los bonos de la
Europa de Alemania.
La sangre de Quijote que corre por mis venas
hace tiempo que no encontraba
mayores aspas de molino
ni mayor locura en la que volcar sus ansias.
Alcalá de Henares, 13 de agosto de 2012
Texto realizado por Franziska
Palabra: viejos
Dadora: Visitación
García Rendueles
He trasladado la palabra dada hasta este blog porque me ha
parecido que aquí este tema cuadra mejor con el estilo de la página
Este un género de poesía prosaica que para mi es un modo muy
cómodo de expresión y descarga y banaliza y se toma a risa una cuestión tan
seria como la opinión que tienen ciertos estamentos de lo que somos para la
sociedad moderna, los viejos de hoy. ¿Para
que sirve un viejo cuando ya ni es estético ni produce? Podría añadir que ésta es una pregunta más
pero ya sé que no contestan ¿para qué voy a perder mi tiempo? Pero, digo la
verdad, a mi me gustaría saber cuál va a ser el importe mensual de la jubilación de hombres
como el presidente del Bundesbank; Mario
Draghi, presidente del Banco Central europeo; e incluso, nuestro ínclito señor
Rajoy, así sin ir más lejos.
5 comentarios:
Ay amiga! cáustico y cierto post! Cuánto de lo mismo por aquí. Eres una maestra para expresar realidades y sentimientos. Te quiero: Besos.
Ojalá no recorten las pensiones, ya de por sí, bajas.
La gente mayor son una bendición para la vida, pues es una generación llena de sabiduría, que ha sufrido mucho por adquirirla.
Merecen respeto y consideración. Ojalá la realidad cambie para ellos y sean reconocidos
Hola querida amiga.
Hads hecho un Poist muy acertado
La palabra viejo en si no me gusta.
Un mueble viejo, u8n trasto veijo.
En cambio la palabra anciano, suena más a sabio.
Cuantos ancianos han cotizado mucho, luego se quedaron en el paro y los últimos 15 años que es lo que ahora vale (hicieron esta reforma con alevosía), ahora cobran una miseria de pensión.
Y a los que engañaton, algunos banqueros haciéndoles creer que sus ahorros en cierto modo les producirían más.
Muchos no lo hubieran hecho y se dejaron embaucar y ahora lo han perdido todo, o no se les dejará sacar el dinero, cuando muchos ya estarán en el cementerio..
En muchas culturas a los ancianos se les venera.
Besos, Montserrat
La situacion se ve dificil y confiamos todos que se mejore. Te dejo mi sacludo cordial.
No me gusta que se denomine a las personas mayores como "viejos". Viejo es sinónimo de: usado, ajado, caduco, antiguo, pasado etc. Por ello prefiero otros calificativos como: conocedores, maestros de vida, experimentado, hábil. Las personas mayores, son como libros, y en cada página de sus días hay escritas las experiencias dignas a retomar para seguir aprendiendo. Asomarse a las ventanas del ayer, te hará recordar para seguir haciendo caminos sobre lo vivido... por eso: viejos ¡NO! Expertos SIEMPRE
Un abraciño a una futura experimentada de la vida.
Rosa María Milleiro
http://www.poemas-rosamariamilleiro.blogspot.com/
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