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viernes, 3 de febrero de 2017

Los puntos de vista de un jamón




Estoy todavía, aunque ya por poco tiempo, colgado en una de las barras de "Salchicherías Trifón".  Soy un jamón serrano de bellota. He nacido en Sierra Morena.  Criado en montanera en el valle de los Pedroches pude ozar, a placer, junto a mis hermanos cuantas bellotas pude apañar y de las que no llegaba nunca a cansarme. Mi vida feliz al aire libre, se acabó cuando tenía dieciocho meses y fui sacrificado, despedazado, puesto en salazón, aplastado... y corto para no cansar con mis problemas ya que todo el mundo tiene los suyos aunque hay que reconocer que éste de nacer para que otros se den el gusto de comer lo mejor, no es cuestión muy llevadera.


Me sirve, sin embargo,  de consuelo saber que este majarón* que está detrás de mí y al que le llaman Trifón sus clientes,   sí el de la panza extrovertida, en la que yo me tumbo mientras él hace de mí “tapitas” y que, además, presume que es mi dueño: acabará también alimentando gusanos...
 
 Ya que estoy aquí y cuento, además, con su atención, quisiera darles alguna explicación y también un consejito.

 
Se dice que, en mi carne, hay un 70% de ácidos grasos insaturados que no producen colesterol –al que no lo come- y de calorías: 170 por cada cien.  ¡Es mucho más sano ser vegetariano!  Desayunen repollo con patatas; coman lombarda con piñones y cebollas;  merienden cardos, nueces y almendras; cenen acelgas, tomates y berenjenas.


Bien sabe Dios que, a estas alturas, ya no lo hago por mí: sólo pienso en mis hermanos a los que Alá y su Profeta desprecian pero que, sin embargo,  no se los comen.  Y a los que, el Mundo cristiano -tan avaro y tan glotón- aprecia de tal manera, que ni siquiera los huesos desperdician en favor de los gusanos.

No lo duden, 

¡Es mucho más sano ser vegetariano!

Alcalá de Henares, 3 de febrero de 2017

Cuento escrito por Franziska durante un taller de creación literaria. Está sin fecha pero habrán pasado unos 9 o diez años, aproximadamente. Entonces yo usaba el seudonimo de Raitán para todo lo que escribía.








*Majara, o majareta, en grado superlativo.

15 comentarios:

mariposa blanca dijo...

¡Fenomenal! Con una suave ironía que lo hace muy apetecible de leer.
Estoy con él, ¡seamos todos vegetarianos! Sano y ético a la vez.
Tienes creatividad y soltura narrativa. Enhorabuena.

Un fuerte abrazo, linda :)

lanochedemedianoche dijo...

Vaya, el jamón me puede, la verdura también, haré como tú dices es más sano, y dejamos en paz a los animalitos, gracias por pasar. Muy buena tu entrada Fanciska
Abrazo

Existe Sempre Um Lugar dijo...

Bom dia, seu texto é magnifico, a carne vermelha não é saudável, não consumo carne vermelha nem caça, devemos tomar atenção à nossa saúde.
AG

Ricardo Tribin dijo...

Mi muy querida Franziska.

Me fascina el jamón ibérico.

Gracias por tus maravillosos relatos.

Fuerte abrazo.

Olga i Carles (http://bellesaharmonia.blogspot.com dijo...



Con la dieta vegetarians, la mente, el corazón y el cuerpo fluyen mejor.
Es un gran honor para nosotros ser vegerianos. Hay mucha variedad de alimentación.


Gracias por este estupendo artículo.
Un Abrazo.

Maria Luisa Adães dijo...

Graças pelas maravilhas que escreves
e mais pelas tuas imagens!

Beijo

Maria Luísa

Kasioles dijo...

Escuchando al pobre jamón, dan ganas de no volverlo a comer.
De sobras sabe el animal, que no hay que fiarse de tantos cuidados que le brindan cuando todavía no ha alcanzado ni la edad ni el peso adecuado.
Cada mes que cumple, se va aproximando su final ¡pobres cerdos! ¡Con lo felices que eran al iré libre comiendo bellotas y sin meterse con nadie!
Y los humanos, que somos carnívoros, aunque no lo queramos reconocer, nos los comemos con ese pretexto de que, los ácidos grasos de su carne, omega 3 y omega 6, son necesarios para bajar los niveles de colesterol malo y prevenir enfermedades cardiovasculares además de que su grasa no se pega a las paredes de las arterias, nada hablan de que se adhieren a la cintura en forma de flotadores.
Después de haber leído esta entrada, no voy a olvidar lo dicho cuando tenga ante mi una loncha de jamón ¿Me haré vegetariana?
¿Y si la lechuga o la zanahoria también se ponen a conversar...?
Siempre es un placer leerte, que Dios te siga conservando ese buen humor que tan bien reflejas en todo lo que escribes.
Hoy el comentario te lo dejo aquí, hacía mucho tiempo que no visitaba este otro blog tuyo.
Gracias por todo, tus letras siempre me arropan.
Cariños en el corazón.
kasioles

Maria Luisa Adães dijo...

E a penumbra apagou a luz de meus olhos
não vislumbro nada
não tenho esperanças na memória
o caminho está gravado sem glória

Quantas coisas esqueceram
e deviam lembrar
Quantas coisas lembraram
e deviam esquecer

A lembrança
ficou presa na memória
e a memória traz nostalgia
Simboliza parte do que sou!

Maria Luísa Adães

p.s. sim, estou cansada e desolada
e há sempre um sentido escondido
Em tudo que dizemos...

Mudei? Não, não mudei!

Mª. luísa

Ángeles dijo...

Maravilloso tu relato Franciska, lleno de ironía, pobre jamón, que mal lo debió pasar, lo que ocurre es que es un manjar de dioses que todos los que llegan a nuestro pais, les enamora su sabor.
Me encanta tu sentido del humor Franciska.

Cariños desde el corazón.
Ángeles

Mariaisabel dijo...

Pobre jamón, jajaja
Y que rico está el condenado. Encima nosotros, los catalanes lo comemos con pan con tomate...ayyyy se me hace la boca agua!
Que divertidos tus relatos, Franziska.
Besitos
Mariaisabel

Ricardo Tribin dijo...

Mi muy querida Franziska:

Fui vegetariano un tiempo y me fue bien.

Tus ideas siempre son muy bienvenidas.

Abrazo grande!!

Josefa dijo...

Después de leer tu cuento, cuando coma jamón (pues yo no me privo de tan exquisito manjar) recodaré tus bellas letras.

Un beso querida amiga.

Costantino dijo...

Uno scritto ricco di bellezza ed ironia.
Buona domenica, Costantino

Ricardo Tribin dijo...

Muy querida Franziska:

Hoy estás genial especialmente cuando narras acerca de la insistente llamada dentro del ataúd.

Un gran abrazo.

Existe Sempre Um Lugar dijo...

Olá, votos de feliz fim de semana e semana.
AG